Medir el desarrollo de las habilidades de lectoescritura de las y los estudiantes y proyectar desafíos para potenciar sus aprendizajes son algunos de los objetivos de este instrumento, que se aplica en las aulas que trabajan con el programa Alfadeca de enseñanza de la lectoescritura.
Hacer seguimiento de los logros obtenidos por las y los estudiantes en relación al desarrollo de habilidades de lectoescritura es uno de los objetivos con los que año a año se implementa Decatest. Se trata de una evaluación formativa, que permite identificar el avance de las niñas y niños, tanto a nivel individual como grupal.
Al medir la efectividad del programa Alfadeca, esta herramienta entrega resultados que sirven para tomar decisiones informadas y reforzar aquellos aspectos que se presentan más débiles en cuanto al proceso de aprendizaje.
Como destaca Mariana Sanfuentes, directora ejecutiva de la Fundación Sara Raier de Rassmuss: “Decatest nos permite medir nuestros resultados, conocer cómo estaban los estudiantes al inicio del año y cómo terminaron después de aprender con Alfadeca. Esta información es muy valiosa para docentes, directivos y sostenedores, ya que les permite conocer los avances concretos logrados por las niñas y niños”.
Este instrumento se aplica a primero y segundo básico, dos veces por año, al comienzo del mismo y antes del cierre del periodo escolar. Gracias a que se mide permanentemente desde la creación de Alfadeca, además permite hacer un seguimiento a la evolución de la escuela y la comuna a la que pertenece.
Esta herramienta es validada por Oxford Measured, empresa británica especialista en medición y evaluación educativa. Actualmente se está implementando en un universo de 4.273 estudiantes, que aprenden a leer y escribir de la mano de Alfadeca, lo que corresponden a 159 aulas de 60 escuelas del país. Esta prueba se ajusta al artículo 83 de evaluación inclusiva, promoviendo la participación de todas y todos los estudiantes, con sus diversos requerimientos y necesidades educativas.
