Volver a clases semipresenciales tras un año de haber dictado aprendizajes a distancia, es todo un desafío. Desde adecuar las salas, el sistema de alimentación, transporte y conexión, son algunos de los ítems que cientos de escuelas están revisando para iniciar sus actividades en marzo.
Este inicio de año escolar es distinto. Si bien seguimos bajo el contexto de la pandemia del coronavirus, tenemos todo un año de aprendizajes que poner sobre la mesa a la hora de planificar las clases para 2021. Los colegios hoy vuelven a prepararse para recibir a sus estudiantes, esta vez con la esperanza de tener un sistema semipresencial que les permita a los alumnos desarrollar clases en aulas y en sus casas.
Pero cuáles han sido los mayores desafíos, qué acciones han tomado. La mayoría de los directores menciona que las funciones ejecutivas, como infraestructura y logística, han sido grandes temas para considerar este año, específicamente en miras de poder resguardar todos los protocolos dictaminados por los ministerios de Salud y de Educación.
Otro de los ítems de relevancia para los equipos directivos, son los profesores y los asistentes de la educación, quienes tras un año de clases a distancia y enfrentados a diversos cambios, han requerido de apoyo y contención socioemocional para sobrellevar esta nueva forma de educar.
Identificando variables para llegar bien a marzo: El Caso de la Escuela La Esperanza en Padre Hurtado
El Programa Alfadeca inició su trabajo en la comuna de Padre Hurtado en 2020, coincidiendo con la Pandemia. Este contexto no afectó los resultados de desempeño del programa, ya que en 2019 el 34% de los estudiantes de la comuna terminó leyendo en un nivel adecuado, mientras que el año pasado – con Alfadeca – ese porcentaje se elevó a un 58%.
Para Carlos Muñoz, director desde hace ocho años en la Escuela La Esperanza, poder visualizar un nuevo año escolar significaba poner en marcha desde mediados del segundo semestre del año pasado, el proceso de planificación para 2021 “Partimos los meses de agosto y septiembre, con varias reuniones de coordinación y gestión, finalizando con el consejo escolar, donde tomamos las directrices que entregó el ministerio de educación respecto a los protocolos de seguridad y currículum priorizado”, agregó el director.
Dentro de los desafíos, el líder del colegio La Esperanza mencionó que se levantaron cuatro aspectos de carácter clave, “una de las grandes variables que nosotros tenemos que manejar en la escuela, es la conectividad que es muy mala, la segunda es el transporte porque todos los estudiantes son trasladados por el transporte municipal. Por otra parte, el proceso de dependencia en la alimentación y el tamaño versus aforo de las salas de clase”.
Dentro de los lineamientos que la escuela organizó para sobrellevar estas variables, en relación con el distanciamiento social, una es separar los ciclos de la escuela y hacer que una semana asistan primer ciclo básico y la siguiente lo haga el segundo ciclo. Así es como tendrán clases presenciales y online cada uno. Las salas también serían adaptadas, para lograr una educación híbrida, instalándose cámaras de grabación y un sistema de conexión de red de internet para transmitir las clases a los estudiantes.
“Conversamos con el DAEM y el Municipio para crear una intranet al interior de la escuela, buscamos las cámaras que se adecuaran a las salas, para que el técnico de computación reciba las clases y las envíen por correo a los alumnos y la suban al sitio web de la escuela. Por otra parte, el colegio hizo una inversión de comprar tablets por cada familia y también chips de conexión. Todo esto por medio de fondos levantados a través del Fondo de Apoyo a la Educación Pública y la Subvención Escolar Preferencial”, agregó el director.
“Asumimos que los primeros 15 días serán de adaptación y en este tiempo, la idea es desarrollar todo el proceso de vínculo y contención emocional con los estudiantes por volver a la prespecialidad nuevamente del colegio” menciona Carlos respecto a lo que esperan desarrollar los primeros días de clases con los alumnos tras instaladas todas las reformas y adecuaciones, enfatizando que en dicho periodo, también ejecutarán las evaluaciones diagnóstico entregadas por la Agencia de la Calidad y del Programa Alfadeca.
Apoyo docente: eje primordial para retornar a clases
Durante el año pasado, la comunidad de la escuela La Esperanza desarrolló un trabajo profundo a nivel socioemocional con el fin de poder responder a nivel técnico de la mejor manera. Esta forma de ver la educación, su director espera replicarla este 2021.
La escuela lideró junto al equipo psicosocial y de convivencia tres instancias de trabajo. La primera denominada “grupo COVID” a cargo de asistir a los funcionarios y familias que fueran contagiados por el virus, comunicándose con ellos y entregándoles contención emocional y apoyo logístico ante sus necesidades. La segunda acción fue ejecutar espacios de conversación entre docentes y asistentes para saber cómo se sentían y entregar apoyo durante la pandemia. Por último, el equipo liderado por una psicóloga, generó una iniciativa denominada “la incerteza” en donde se convocó a la comunidad de la escuela a reunirse en grupos pequeños de a 3 y 4 personas entre asistentes, profesores y equipos directivos. En la oportunidad se habló de lo que se viene para 2021 y la incertidumbre que genera trabajar durante una pandemia.
“Todo este trabajo nos tiene tranquilos como equipo, hemos estado muy cerca de todos ellos y nos hemos estado apoyando a cada uno de nosotros para salir adelante cuando ha habido dificultades. Esperamos continuar con estas iniciativas y empezar el año con una jornada para ver cómo llegamos y cómo enfrentaremos el año escolar que viene” agregó Carlos.